Vengo a tratar la lluvia como a una esquirla roja
Esta lluvia que todo lo amalgama
Que iguala geografías inéditas, que emparienta
La solitaria sombra que cada uno portaba como propia
Sombras que desaparecen cuando ennubecidos de octubre
Nos cruzamos el pecho abriendo capas
Nos planeamos desorganizados gritos y azules en el gris
Nos mojamos porfiadamente niños
A la orilla de un río de presencia anunciada.
El río ahuyenta el odio, atrae las voces
Disuelve las quebraduras inadvertidas de los meses
Lava la herida que tan bien cuidamos
En rutinaria fuga hacia el dolor constante
Buenos días
Esta lluvia hermana
Y cada quien enjuga la propia astrología de sus voces
Para el coro del río
Para la canción de la lluvia
Para morir menos solos,
Buenos días hermanos.