a Beatriz Vottero, Jesica Mariotta y Magalí Castro
La música
abunda sobre los rieles del agua
canta
la flor y la noche
incansable
se deshace en acordes
las niñas
se abrazan a la hora perdida
con un vino además
no hay horas fatales
ni perro con hambre
No hay en la luz
innecesaria
cierto insomnio anciano
arden los mundos
en un silencio azul
nos diluimos
en el espesor oscuro
que vive
entre el sueño
y el deseo.
Es hermoso leerte, como lo fue escucharte la noche de las musas. Gracias por este poema, por los rieles de agua y del vino. Gracias por la palabra que expresa lo que nosotras vivimos, y por estar ahí, para enunciarlo como sólo un poeta puede hacerlo. Abrazo fraterno
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