domingo, 21 de noviembre de 2010
LA MARIPOSA
La mariposa rompe el aire con su color de mundos.
Todos
niños alados,
viejos,
señoritas y guerreros
abren las manos enfrente de su luz.
También la he visto
sobre los charcos de mi calle, miles,
blancas, amarillas, mudas,
rojas, enormes,
asumir como propio el mediodía.
El tiempo
enseña
que cierto brillo
puede habitar la pena
y viceversa.
Entonces
prefiero y canto a la crisálida
y a su poder
de transformarse, paciente,
en el centro de la espera.
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Qué bueno, Raúl... siempre es un placer pasar por acá. Un gran abrazo...
ResponderEliminarHe visto llegar mariposas del mar, como si hubiesen viajado desde el otro lado el mundo. Pura ilusión, mi pensamiento. Al contrario del poeta, me sumo a la admiración colectiva, a pesar de la pena; aunque sin perder de vista el caldero del milagro.
ResponderEliminarHermoso. Muchas gracias, Raúl.
Muchas gracias Hugo, gran amigo. Gracias Mónica. Mariposas que vienen del mar? Hummm no se... Difícil por la distancia de su vuelo. Desde la biología es imposible. En la poesía todo es probable. Muchas gracias por tu caricia.
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