ENTONCES....

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JARDINES

domingo, 1 de diciembre de 2019

Una tormenta



Ilustración: Juanito Laguna remonta un barrilete, de Antonio Berni. 1973


UNA TORMENTA

Tal vez sería conveniente
para la paz mundial
y para tantos corazones fugitivos
o enfermitos
planear un golpe de inocencia,
una tormenta de ternura infinita.

Bien estudiado, un plan que no fracase,
con el objetivo único y final
de hacer más bella la tristeza
y menos riesgoso el amor.

Que las penas se algodonen
que los melancólicos sean finamente consolados
y que el tiempo pase
como tenga que pasar
si total el amor, que no infinito,
resucita, renace y canta en las veredas
a la sombra de los fresnos,
cíclica,
eternamente.


                                       Raúl Feroglio

viernes, 19 de julio de 2019

Rogativa del lector a los poetas


Rogativa del lector a los poetas 

El lector de poesía me pidió,
acaso rogaba o exigía:
¡No abuses del epígrafe
poeta del siglo veintiuno!

Hablame de aquello que te quiebra
en sutiles plumas
las rocas del pecho en vez de
explicarme la luz de tu poema.
No me interesa si el mundo cabe en tus versos,
antes hacé estallar
tu ojo salpicando lo no visto
no quiero saber de la flor en tu jardín. Ansioso
estoy porque me digas cómo
supiste que hay un crisantemo blanco en tu saliva
y que el perfume de todos los jardines
invade las tumbas y el pasado.
No el amor sino tu hueso
no la verdad sino tu búsqueda
de las mentiras pequeñas que duermen
en el doblés terrible de tu naufragio sin dios.

No denuncies, no declames,
no celebres,
morite de poesía para poder vivir.

¡Eso me dijo!




jueves, 18 de abril de 2019


La herencia  (a la memoria de Lázaro Gidekel, médico y maestro)

Yo caminaba
y el perfume de su sombra me alineaba el paso

hablo
y en el cuenco de mi voz
su palabra es un eco
todavía

lo que acompaña en el dolor la pena
lo que sana enseñaba
una mirada y
compasión en la palma de la mano

cuando vino desde lejos
había curtido todos los zapatos
de Nueva York hasta la selva
y vuelta a su ciudad Rosario
fue llegar y entre nosotros
encaramarse en voz baja para ser maestro
por el bien de lo que carecíamos

apartó tan suavemente biología y química
y de pie junto a las camas donde el dolor traspasa
con francos ojos buenos preguntaba
¿cómo está usted esta mañana Rosa?
¿ya desayunó Francisco?
¿tiene mejoría su padecer profundo?
¿pudo saciar su hambre con el aire de la noche?

Mi gratitud promueve su recuerdo

El oro que heredamos debe ser repartido
a otras piadosas manos.

            Raúl Feroglio

sábado, 19 de enero de 2019

La palabra


(El miedo y la belleza - Ediciones El mensú - 2017)



Cada palabra canta
su propio ritmo
melodía
disonante armónica
cuerno de pastor en la pradera
retintín cromático en caireles
pífano flauta de Pan coloquio blanco
entre verbos osados o traidores
y manitos rosadas que se duermen

Cada palabra su música
su ocaso y su vaivén
cada boca su pentagrama limpio
silencio vacío de la página
lengua y dientes
retumbo del bombo
florecimiento del cardón
el viento silba en las espinas
se alerta con la voz
inseparables la cosa y nos