Tal vez sería conveniente
para la paz mundial
y para tantos corazones fugitivos
o enfermitos
planear un golpe de inocencia,
una tormenta de ternura infinita.
Bien estudiado, un plan que no fracase,
con el objetivo único y final
de hacer más bella la tristeza
y menos riesgoso el amor.
Que las penas se algodonen
que los melancólicos sean finamente consolados
y que el tiempo pase
como tenga que pasar
si total el amor, que no infinito,
resucita, renace y canta en las veredas
a la sombra de los fresnos,
cíclica,
eternamente.
Raúl Feroglio
Gracias, Raúl, por este poema bálsamo.
ResponderEliminarMuchas gracias querida
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