Ilustración: "Sol ardiente de junio" óleo sobre lienzo. C 1895 Frederic Leighton
El recuerdo del éxtasis
no se parece al éxtasis
La mano que se hunde
la que trepaba lo profundo, es y no es
la mano
que en la memoria saciada
perfumaba de certezas el corazón ansioso.
El momento que
fuego de artificio
y noche ciega a la vez
en explosión marina
salpicaba labios
ha desaparecido del estante
ahí donde brillaba
oscuro
junto a un frasco vacío
la colección incompleta de autitos de carrera
y el latigazo de pena
que volvió
cuando pensaba que los planetas
ya no giraban como antes.
El recuerdo de la pena
se parece a la pena
en cierto olor a muerto querido
a una cuerda cortándose
hasta que aparezcan ellos
brillando en superficie
con destellitos de risa entre
la luz salvaje
despertándonos.
Entradas
volver a pasar por el corazón se parece al destello que sangra sobre el horizonte de la vida, si señor poeta. un gusto leerte. salud
ResponderEliminarCelebro, aplaudo y abrazo éste, EL RECUERDO, excelente poema y me dejo en el alma, todos sus versos, y especialmente el aprender algo nuevo: que el recuerdo del éxtasis no se parece al éxtasis... pero el recuerdo de la pena se parece a la pena (marco de alegoría).
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y hacedor, mi amigo poeta hacedor.
El recuerdo es la historia de cada uno. La misma que no se encuentra en los estantes de las librerías. Si en el alma de cada cual.
ResponderEliminarUn placer leerte.