domingo, 3 de octubre de 2010
TRABUN
Este blog contiene textos, poemas e historias del presente y del pasado. Están mezclados en mi vida y también aquí. En 1997, fui invitado al TRABUN (Encuentro de los pueblos) que se realiza cada año en San Martín de los Andes. Gracias a Roberto Chiappino, cañadense residente allá. Ese año se homenajeaba a Jacinto Piedra, por lo que el escenario llevó su nombre. Como había escrito un texto sobre su vida y su obra, me invitaron a abrir el Festival con su lectura. Acá acompañado por un muy joven Raly Barrionuevo, que ya empezaba a destacarse y mostrar el gran artista que hoy es.
EDITORIAL DE LA REVISTA DEL TRABUN.
Te voy a contar un sueño. Jacinto Piedra nació Ricardo Gómez Oroná el 25 de sept de 1955 en la ciudad de Santiago del Estero. De padre bailarín, en pago de cantores, de ancestrales costumbres de humanidad, del interior del interior de este país salió aquel chango que a los 7 años debutó cantando en el Club Belgrano.
La MAMA NATURALEZA de monte y salitre quedó atrás cuando su familia se trasladó a Morón. El destino, por casualidad o no, encontró a los Carabajal viviendo a 4 cuadras. Habrán enarbolado bagualas, chacareras y gatos. Habrán soñado, Peteco y Jacinto: ALLA DONDE FUI FELIZ, SE QUE PRONTO HE DE VOLVER. Dicen que en 1983, Cuty Carabajal lo presentó en el Festival de la Chacarera. La poesía y el canto cuajaron en disco en 1984 cuando, como solista grabó, o dejó para nosotros, la emoción en EL SILENCIO DEL PONIENTE.
Entre una y otra vuelta de su danza dicen que anduvo por Bolivia tocando rock y alguien opinó después de él que era un "stone", un rolling stone, una piedra que rueda, por eso de andar buscando ¿a los golpes? su interior en el arte que iba dejando como pañuelos sueltos para que bailen otros.
El Chango Farías Gómez, que siempre va adelante unos años, armó en 1985 Músicos Populares Argentinos, junto a Peteco, Verónica Condomí, Mono Izarrualde y Jacinto como voz principal. Mostraron un camino, erizaron los pelos de la nuca. Revisaron la música, despertaron a los dormidos, y para nuestra dicha, grabaron "Nadie más que nadie" en 1986, en vivo, y "Antes de que cante el gallo" en 1987.
Un grupo numeroso, gente inquieta, artistas del camino dividieron sus pasos, entonces Jacinto y Peteco volvieron a Santiago, y junto a Juan Saavedra formaron "Santiagueños". Recorrieron distintos escenarios. De esos caminos quedó grabado un excelente disco "Transmisión Huaucke".
En 1991 se sumó a la campaña política de Zavalía para gomernador de Santiago, y cuando volvía de una actuación, la madrugada del 25 de octubre, perdió la vida en un accidente con su auto, una semana antes de que naciera su hijo Manuel.
Desde ese día no se ha dejado de recordarlo, de cantar sus canciones, de escribir coplas con su nombre. Su voz clara que alerta, aún desde los discos nos recuerda a este hombre que solo vivió 36 años, buscando, desgarrando su interior por respuestas qeu todos pretendemos. Tal vez su vida y su muerte nos estén diciendo que la respuesta no es una y eterna, sino múltiple y cotidiana, unas veces música, otras poesía, A VECES EL AROMA A PAN CASERO, O EL SALUDO DE UN CARRERO QUE PASA. REgistrar esas respuestas como definitivas, en la intensidad de una vida, tal vez justifican a un hombre. Este escenario del "Encuentro" se llamará JACINTO PIEDRA. Y está bien que entre montañas, la piedra de su canto, su mítico recuerdo, regrese cada año como si al comenzar el TRABÚN, nos dijera: TE VOY A CONTAR UN SUEÑO.
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arriba Feroglio!
ResponderEliminargracias por compartirlo, Jacinto por siempre!
ResponderEliminarDaniela